A juicio una joven de 20 años y su madre, acusadas de tirar a su bebé recién nacido, cuando todavía estaba vivo, dentro de un contenedor de la basura en Tarragona. El juicio se iniciará el próximo 18 de febrero, con un tribunal popular, en la sección segunda de la Audiencia de Tarragona.
Los hechos se remontan entre marzo y abril de 2020. Las dos acusadas, vecinas del barrio de Torreforta, se encuentran en situación de prisión provisional desde el 10 de abril de 2021 y se enfrentan a una pena de prisión permanente revisable, con accesoria de inhabilitación absoluta.
La Fiscalía considera que los hechos constituyen un delito de asesinato de persona menor de 16 años, con el agravante de alevosía, además de parentesco. El cadáver de la niña todavía no ha sido localizado.
Según el escrito de Fiscalía al que ha tenido acceso el ACN, la chica quiso deshacerse del recién nacido con la ayuda de su madre, en un «plan preconcebido por ambas acusadas», de 20 y 42 años de edad respectivamente. La joven se quedó embarazada a mediados del 2019.
Una acción premeditada
El nacimiento de la criatura, de padre desconocido, se produjo en una habitación del domicilio familiar en una fecha no determinada, entre el 3 de marzo y el mes de abril de 2020. El escrito de acusación recoge que la chica, justo después de dar a luz a la niña , tapó la boca y la nariz de la pequeña «con intención de causarle la muerte, consiguiendo que dejara de llorar, pero sin llegar a acabar con su vida». Después, «escondió al bebé dentro de un armario de la vivienda» hasta el día siguiente.
El día siguiente la abuela del bebé lo cogió, cuando todavía estaba vivo, salió a la calle y «con ánimo de causarle la muerte o sabiendo que con su actuación le causaría, dado el estado en el que se encontraba el bebé, después de horas sin recibir alimento, lo lanzó en un contenedor de la basura», expone el escrito. «De esta forma, las dos acusadas consiguieron acabar con la vida de la recién nacida», sostiene el fiscal.
El ministerio público también remarca que ambas mujeres se encontraban en plenas facultades mentales a la hora de cometer estos hechos y relata los intentos por abortar por parte de la joven embarazada, que entonces tenía 18 años, iba a clases a un centro de formación de adultos y dependía económicamente de sus padres. Pero no pudo interrumpir el embarazo porque se encontraba ya en un estado muy avanzado.
Una gestación en secreto
El familiar más directo del bebé es el abuelo, al que las acusadas le ocultaron el embarazo por «temor». «Conscientes de que la interrupción legal del embarazo no parecía factible, decidieron continuar con la gestión en secreto, sin llevar ningún seguimiento médico ni comunicarlo a servicios sociales, y que una vez naciera el bebé, lo matarían y se desharían del cadáver».
El abuelo (marido y padre de las acusadas) no reclama por estos hechos. Por otra parte, el ministerio fiscal impone a las acusadas una indemnización de 7.000 euros para los tíos (hermanos de la madre de la pequeña e hijos de la abuela), todos menores de edad y bajo la tutela de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (Dgaia) de la Generalitat.