Caso cerrado. Novak Djokovic será deportado de Australia y no podrá defender el título del Grand Slam, que ganó el pasado año. El tenista serbio ha visto cómo un tribunal desestimaba su recurso contra la decisión del gobierno australiano de revocarle por segunda vez su visado y deberá abandonar el país en las próximas horas.
La decisión la han tomado por unanimidad los tres jueces de un tribunal federal, que han dado así la razón al gobierno australiano, que considera al tenista serbio un riesgo para la salud del país.
El deportista fue detenido este sábado por la mañana, pendiente de que las autoridades judiciales dictaminaran si le obligaban a abandonar el país o se pudiera quedar y disputar el Open de Australia. El número 1 del mundo quedó arrestado en un hotel-prisión para refugiados mientras esperaba que se hiciera la vista que había decidido su futuro, que se celebró esta madrugada y duró cinco horas. Después, los jueces se retiraron a deliberar.
Australia canceló el viernes su visado por «razones de salud y buen orden», pero Djokovic, que no está vacunado, presentó recurso. Tras pasar una entrevista con los funcionarios de inmigración, fue detenido la noche del viernes -hora catalana- por llevarlo ante el juez, que este domingo ha tomado la decisión.
Días atrás, un juez australiano dio la razón al tenista y pidió al gobierno de ese país que cancelara la anulación de su visado, le dejara en libertad, le entregara el pasaporte y sus efectos personales y pagara los gastos judiciales del proceso judicial en el que se había visto inmerso. De este modo, el serbio parecía tener más cerca el Open de Australia y empezó a entrenar. Incluso se realizó el sorteo del torneo con él inscrito.
Sin embargo, la decisión no era definitiva, como recordó el propio juez. El ministro de inmigración australiano todavía tenía el derecho a ejercer el poder personal para revocar el visado a Djokovic. Y así fue.
El gobierno de Australia ya impidió en un primer momento el ingreso en el país del tenista al no tener en regla el visado y no cumplir la exención médica por la que se le había autorizado un día antes a disputar el Open australiano, primer Grand Slam de la temporada. Australia obliga a los extranjeros a que entren en el país a estar vacunados, a menos que demuestren que hay alguna razón de peso para no hacerlo.
Djokovic, por su parte, alegaba que no se podía vacunar porque dio positivo por Covid-19 el pasado 16 de diciembre y hubiera sido contraproducente.