Los turistas rusos ya peligraban en la Costa Dorada antes del estallido de la guerra de Ucrania. Están vacunados con Sputnik, una vacuna que la Unión Europea no admite como válida para entrar en los Estados miembros y, por tanto, una barrera para que los ciudadanos de Rusia visitaran nuestra casa, como lo hacían antes de la pandemia.
Eran el tercer mercado turístico de la zona, sólo por detrás de los británicos y franceses, y ahora, con el estallido de la guerra, han desaparecido. La Costa Daurada busca reemplazarlos por otros mercados europeos y el irlandés es el principal candidato. «Los irlandeses viajan mucho y tienen gustos y costumbres similares al turismo británico», expone Xavier Guardià, presidente de la Federación Empresarial de Hostelería y Turismo de la provincia de Tarragona.
Los empresarios de la zona esperan mucho de Irlanda para la temporada de este año. Hasta ahora, este turismo ya suponía un 7,5% de las pernoctaciones en la Costa Daurada y esperan que incremente. Uno de los puntos positivos es que Ryanair, aerolínea irlandesa, tiene vuelos directos con el aeropuerto de Reus.
Más allá de los irlandeses, las administraciones y el empresariado han acordado un plan que contempla acciones de promoción y campañas de publicidad para atraer a turistas hacia este destino. También se realizarán promociones en países como Alemania, Italia, Suiza, Bélgica y Países Bajos para diversificar los mercados.
El impacto de los rusos en la Costa Daurada
En la demarcación de Tarragona, los turistas rusos supusieron un 18% de las pernoctaciones hoteleras al año 2019, seguido por Girona y Barcelona, que registraron un 7%. En cuanto al gasto turístico en Catalunya, más del 5% de las operaciones realizadas con tarjetas de créditos internacionales eran de ciudadanos de Rusia, según Tourespaña. En el mismo 2019, los viajes de los turistas rusos tuvieron un impacto de 1.400 millones de euros a Españaque representaron el 1,97% del total de ingresos turísticos.