«Me cago en todo, ¡me cago en todo!». Era el lamento de un cliente habitual del estanco número 304, ubicado en el barrio de la Sagrera de Barcelona, donde se ha vendido el segundo premio del Gordo de Fin de Año, el 44.111. Él se ha quedado sin el boleto agraciado, pero aquí se ha vendido una quincena. En total, 975.000 euros repartidos entre, mayoritariamente, vecinos del establecimiento, que lleva ocho años bajo la batuta de David Bujalance.
«Estamos muy contentos de haber repartido este premio entre clientes que vienen cada día», explica. Ni él ni los trabajadores del estanco tienen ninguna de los boletos premiados. Sin embargo, poco ambiente festivo en un local discreto con la Avenida Meridiana como telón de fondo. La botella de cava la han acabado abriendo los trabajadores para satisfacer a las cámaras porque, por ahora, los afortunados han optado por la discreción.
De hecho, en el estanco no deja de haber cola pero no por la lotería, sino por comprar tabaco, mayoritariamente, mientras algunos curiosos preguntan, aprovechando que sacan a pasear al perro o que van a comprar, qué ha pasado. «Uf, menos mal que estáis por una buena noticia. Ya sufría, que aquí al lado vivo yo y mis hijas también», dice una vecina mientras empuja el carro de la compra en el portal de al lado.
Los dos jóvenes que atienden a los clientes se han tomado el papel de celebración a conciencia y, entre venta y venta, salen a la entrada a lucir satisfechos número vendido. Se les suma un amigo de David, vecino de la zona. «No no, yo tampoco tengo boleto, pero vengo a apoyarles», puntualiza.
O los premiados han decidido que hacen la fiesta en la intimidad o todavía no saben de su fortuna. El caso es que, por ahora, celebran públicamente sólo quienes han vendido y no quienes cobrarán. Y entre el vaivén de clientes que siguen haciendo cola, un comentario que se repite mientras hacen un gesto de resignación con la cabeza: «Coi, mira que esta mañana he pensado en comprar un número». Sin embargo, deberán conformarse con la cigarrillo de turno como premio de consolación.