Llegó septiembre y con él una forma distinta de etiquetar, según el consumo de energía, las fuentes de iluminación. La propuesta la puso en marcha el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). Está esencialmente diseñado para las lámparas y bombillas.
Todo comenzó el 1 marzo de este año cuando un nuevo tipo de etiquetado se aplicó a cinco categorías de productos eléctricos entre los que podemos encontrar: congeladores, frigoríficos, lavadoras, vinotecas, lavavajillas, lavasecadoras y pantallas electrónicas. Cabe mencionar, que esto aplica a los que se vendan a través de la web y en establecimientos físicos.
Dicho etiquetado fue rectificado por la Comisión Europea con el objetivo de adecuar la clasificación de eficiencia energética a los novedosos modelos de ensayo que actualmente existen en referencia al consumo eléctrico de los aparatos ya mencionados.
Pero es apenas ahora cuando entra en vigencia este tipo de etiqueta para las bombillas y lámparas. Igual que ocurrió en marzo, los distribuidores de estos productos contarán con 14 días hábiles para realizar el cambio en los que se encuentran a la venta. Es decir, las anteriores fuentes de iluminación, dejarán de ser vendidas para darle paso a las nuevas.
Todo esto tiene como principal propósito lograr una eficiencia energética que tenga como finalidad una economía con una cantidad menor de emisiones. En gran parte, esta acción se debe a que, de acuerdo a datos analizados en el 2018 por el Informe Sintético de Indicadores de Eficiencia Energética en España de 2020 del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el 11,75% del consumo de energía eléctrica en los hogares españoles se encuentra en las fuentes de iluminación.
Gracias a estos cambios, no solo se estará persiguiendo un nuevo modelo energético, sino que también las familias verán una valiosa disminución en los costos de su factura. Concretamente, el nuevo etiquetado pasará a sacar del mercado las clases A+, A++ y A+++. De ahora en adelante, el sistema de clasificación será de la A a la G, siendo la primera la asignación de menor consumo, pero mayor eficacia; mientras que la última denotará aquellos productos que tengan un mayor consumo y, por ende, menor eficiencia energética.
Entonces, para conocer más a fondo estas nuevas etiquetas, es necesario indicar que se seguirán utilizando siete categorías distintas. Por otra parte, cabe mencionar que vendrán con un código QR, mediante el cual el consumidor podrá tomar su teléfono celular y acceder a toda la información energética. Los indicadores serán con base en la escala europea conocida como “European Product Database for Energy Labelling” (EPREL).
La iluminación LED y la subida de la luz
La iluminación con luces LED es una de las más respetuosas con el medio ambiente y el uso energético, además de ofrecer una mayor durabilidad en el tiempo. Esta tecnología ofrece un ahorro energético considerable, ya que esta generan muy poco calor, emitiendo así una luz muy nítida. Suelen presentar tonos suaves que no dañan a la vista, y por supuesto ofrecen una gran duración frente a las tradicionales bombillas.
Al igual que en el terreno de la iluminación, las luces LED tiene una ventaja muy considerable, usando una medía de 40% menos de energía frente a otros tipos de lámparas como las fluorescentes, incluso llegando a menos de un 75% en lámparas incandescentes que producen la misma luz. Tiendas de Iluminación como Il-lumina, especializados en lámparas y luces LED, han experimentado un incremento en este tipo de productos de bajo consumo.
¿Es necesario un cambio de etiquetas?
El planeta cada vez más necesita de alternativas que ayuden a bajar las cantidades de consumo energético, pero también es importante puesto que ayudará a los usuarios a seleccionar un tipo de producto basado en sus propias características.
También hay que considerar que las categorías A+, así como las que le seguían (A++ y A+++), impedían que nuevos espacios de desarrollo tecnológico enfocados en la economía baja en emisiones tuvieran un lugar propio para diferenciarse del resto.
Es por ello que la reclasificación abrirá un abanico de opciones para el desarrollo de nuevas fuentes de iluminación, que promuevan mejores conductas de consumo para beneficiar a cada una de las partes, pero sobre todo a un planeta que requiere con urgencia bajar los niveles de emisiones energéticas.