Fue el pasado mes de marzo cuando se dio a conocer la llamada Asociación Comunidad Energética del polígono Agro-Reusimpulsada desde el consistorio de la capital del Baix Camp y empresas privadas. El suyo es un proyecto que opta a recibir financiación de los fondos europeos Next Generation, y que «apuesta por el autoconsumo y la generación de energía eléctrica de origen renovable, y respetuosa con el medio ambiente», según se expuso en la presentación de la entidad.
En cuanto al funcionamiento, la comunidad aprovecha las cubiertas de edificios públicos y privados para la instalación de placas solares fotovoltaicas, con las que se podrá suministrar energía a los espacios municipales ya las compañías instaladas en el mencionado polígono. En esencia, según apuntó entonces el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Reus, Daniel Rubiosumarse a la comunidad puede comportar «la posibilidad de disponer de energía a costes asumibles».
Las empresas (municipales o privadas) deben ceder sus tejados por una década y financiar las instalaciones fotovoltaicas que se instalen. En el momento en que el excedente de la energía generada se comercialice, recibirán el beneficio que corresponda «por lo que con ello y con el ahorro en consumo propio, recuperarán la inversión y tendrán una rentabilidad razonable», comenta Rubio a NaciónDigital.
El factor Reus Energía
En cuanto a la comercialización de los excedentes de producción, ésta se realizará a través de la compañía municipal Reus Energía. La empresa se ha concebido y constituido en el actual mandato político, con Rubio a la cabeza, e inició su actividad comercializadora en octubre del pasado año.
Básicamente, lo hizo diseñando y ejecutando proyectos de instalaciones de generación de energía eléctrica sobre las cubiertas de algunos equipamientos municipales, como el centro formativo y empresarial Mas Carandell, o colegios de la ciudad. En esta línea, la memoria económica de Reus Energia se plantea los primeros años de la empresa como los del «despliegue» de su actividad «comercializadora y generadora»con el fin de «disfrutar de energía más barata» y, a la larga, «disponer de recursos económicos para ampliar aún más la capacidad de generación».
«Sí, es un proyecto que se puede replicar por todas partes», hace constar Rubio a este medio, mostrándose ambicioso cuando vislumbra el horizonte. «En Reus no podemos quedarnos aquí, con la comunidad energética del Agro-Reus, porque en el término tenemos hasta 16 polígonos», subraya, lo que podría suponer la creación de asociaciones similares a la existente, o incluso de un ente que actuara de paraguas de todas. «Hoy por hoy la empresa (Reus Energia) apenas ha iniciado su trayectoria, pero en unos años no sólo será una comercializadora; también podría tener la capacidad de realizar inversiones para el autoconsumo residencial y empresarial», avanza.
Medidas fiscales
Para atraer a nuevas empresas a la comunidad, Rubio apunta a la posibilidad de establecer «incentivos» fiscales, como una bonificación del IBI. «La administración local no dispone de tantas cubiertas como quisiéramos. Si queremos tener más capacidad de generar energía, es evidente que necesitamos la complicidad del sector privado», admite. Y en este sentido, está claro cuando alerta de que «si el empresariado no ve un beneficio económico en nuestro proyecto, difícilmente dará el paso».
El concejal de Medio Ambiente señala igualmente a las altas instancias: «El chip ha cambiado y, en general, las empresas tienen una gran conciencia medioambiental. Pero hablemos de tecnologías caras. La Generalitat, el estado y la Unión Europea deben creer y deben incentivar las energías renovables», razona.
El concejal Daniel Rubio, en una charla sobre consumo energético. Foto: Reus.cat
Y es que, para Rubio, proyectos como el de comunidad energética del Agro-Reus «pueden contribuir a la viabilidad de una empresa». En el contexto actual, «ya hay compañías que tienen auténticos problemas para mantener la producción debido al encarecimiento de los precios», analiza. «La sostenibilidad, por tanto, puede ser clave. Si pueden autoabastecerse, dejarán de depender de la variabilidad del mercado», manifiesta.
Nuevas incorporaciones a la comunidad
La experiencia de Reus Energia y de la Asociación Comunidad Energética del polígono Agro-Reus ha despertado el interés de otros. Rubio indica que ya les han contactado de Palma, o de Vitoria, y que el caso que se impulsa desde la capital del Baix Camp ha sido objeto de análisis en jornadas especializadas y eventos similares. «Se nos pregunta por los pasos que se han seguido para desarrollar la comunidad y el papel de la empresa municipal como promotor de proyectos», precisa.
Por ahora, en la comunidad están las empresas Reus Serveis Municipals y Redessa, a las que se ha sumado Reus Transport. También figuran tres compañías ubicadas en el polígono: Ascensores Omega Tarraco; Servicios y Administraciones Masergrup y Setier. Rubio expone que «ya hay más interesadas» y otros «a punto de entrar en la organización». De hecho, se está redactando un documento interno para establecer y regular su funcionamiento. Sus integrantes quedan pendientes de que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico resuelva la solicitud de subvención para optar a los Next Generation.
Disfrutar de esta financiación «sería un gran impulso» para la comunidad, dice Rubio, líder de un proyecto que necesita una inversión de 4.411.532,28 euros, de los que 3.626.264,92 son subvencionables. La ayuda solicitada, pues, corresponde al 55% del coste del proyecto (1.994.445,70 euros).