Más allá de la indignación y el miedo que nos provoca la invasión rusa de Ucraniahemos decidido indagar en la historia del siglo XIX para comprobar que esta zona a menudo ha sido un territorio estratégico donde todas las potencias europeas han querido tener presencia.
En la actualidad, es el trazado de un gasoducto, pero el siglo pasado eran las rutas del comercio internacional del algodón, la lana y los cereales quienes convertían Ucrania, y en especial la península de Crimeaen un paso estratégico que todo el mundo quería controlar.
Enfrentamiento entre rusos y turcos
En 1853 se inició un enfrentamiento entre rusos y turcos por el control de Rumania y Moldavia. La evidente voluntad expansionista rusa tenía por objetivo conseguir una salida al Mediterráneo, lo que no gustó a las principales potencias europeas que se alinearon con los otomanos.
La guerra de Crimea. Foto: Creative Commons
Reino Unido, Francia y los reinos de Cerdeña y Piamonte ofrecieron en 1854 su apoyo a los turcos para evitar que los rusos tuvieran el control de toda la región. Para contrarrestar la inicial victoria rusa, los aliados conquistaron Crimea y el puerto de Sebastopol (donde estaba la principal base naval rusa del Mar Negro).
Una comisión de observadores
Austria y Prusia no quisieron entrar en la guerra de Crimea, aunque tampoco les gustaba la actitud rusa. Españapor su parte, envió una comisión de observadores militares encabezada por Joan Prim y Prados. La misión encomendada al reusense tenía una doble finalidad: responder a las presiones de Francia y Reino Unido y, especialmente, alejarlo de los círculos de poder españoles, a la vez que darle la vuelta al zar ruso Nicolás I, quien había apoyado a los carlistas y seguía sin reconocer Isabel II como reina de España.
Considerados estos hechos, resulta extraño entender como uno millar de ex combatientes carlistas estaban luchando con la legión extranjera francesa en contra de los rusos y, por tanto, junto a Prim. Prim llegó en pleno mes de agosto a Constantinopla, hoy Estambul, donde disfrutó de una semana de tranquilidad en la capital turca que aprovechó para entablar amistad con los caudillos locales.
La figura de Omar Pasha
A finales de agosto se marchó hacia Bulgaria. Llegó al cabo de cuatro días y allí conoció al general del ejército de Rumelia, Omar Pasha, militar del ejército otomano de origen croata que fue acusado de desfalco, razón por la cual abandonó el ejército del imperio austríaco y se enroló en el ejército turco. Prim aconsejó en estrategia militar a Pasha en su lucha contra los rusos.
Retrato del general Prim. Foto: Creative Commons
Las sugerencias de Prim fueron tan acertadas que el general musulmán le propuso que se pasara al ejército turco, ofreciéndole de entrada el rango de general. Delgado rechazó el ofrecimiento de Pasha. Parecía que Prim había terminado su exitoso trabajo de observador en la guerra de Oriente y podía volver a casa, pero cuando estaba en Marsella tuvo que volver al frente búlgaro para asistir a Omar Pasha en su ofensiva contra los rusos en el río Danubio. La batalla se saldó con 4.000 muertos y con la entrada victoriosa en Bucarest del general otomano.
Pasha, en muestra de agradecimiento a Prim, le regaló un lujoso sable y un caballo que por desgracia tuvo que vender porque no pudo cargarlo en el barco. Lo que si precipitó la vuelta hacia España del general Prim fue la Vicalvaradauna revuelta militar encabezada por el general O’Donnell que inició lo que se conoce como el bienio liberal entre 1854 y 1856. En aquel período, Prim fue diputado por Barcelona por el Partido Progresista, empezando una trepidante carrera política en Madrid que le llevó a la muerte hace 150 años.