«¿Cuándo libras este verano?», pregunta el doctor Monteagudo. «En junio, que en julio y agosto me requieren en el hospital. Tú también marchas ya, ¿no?» -rebota la pregunta el doctor Mayer. «En julio ya me jubilo, sí. Por fin», solo la mascarilla puede disimular la sonrisa del sénior. Las situaciones vitales y profesionales de los dos médicos de medicina interna del hospital Parque Taulí de Sabadell son muy distintas. Sin embargo, comparten los mismos diagnósticos sobre el estado del sistema sanitario en Cataluña y España.
La ministra de Sanidad, Carolina Dariaseligió el Pleno extraordinario del Consejo Territorial del Sistema Nacional de Salud para presentar el «Informe Oferta-Necesidad de Especialistas Médicos 2021-2035«, que prevé que el 2027 se llegará al pico de déficit de médicos en el Estado, con una carencia de 9.000. «Mis padres son médicos y llevo años escuchando en casa que faltarán profesionales», recuerda Mayer. Su colega y tutor MIR coincide en que ha habido una «evidente» falta de previsión y lamenta que «ahora ya puede ser demasiado tarde para aplicar determinadas soluciones».
El estudio analiza que el colectivo ha envejecido, hasta el punto de que los mayores de sesenta años representan el 21% del total, el 15,1% en Cataluña. El 46% de los médicos de la red pública tendría más de 50 años. En el medio plazo, concluye que serán necesarios cambios profundos y estructurales para hacer frente alalud de jubilaciones. Hasta 2027, propone algunas medidas superficiales. Aparte del aumento de la convocatoria de plazas MIR para determinadas especialidades, apunta que es necesario promover la inmigración de médicos formados en otros países. «Quien viene de fuera trabaja en condiciones aún peores«, sentencia Monteagudo.
La mayoría de Médicos Internos Residentes extranjeros son latinoamericanos, ya que no se topan con la «barrera lingüística» para acceder a una plaza fija. Con la barrera burocrática sí. Àlex Mayer explica que llegan con un visado de estudiante, «cuando los MIR estamos trabajando», y tienen problemas para quedarse si no pueden empalmar su residencia con un contrato.
Los doctores Mayer y Monteagudo reflexionan sobre el estado del sistema nacional de salud. Foto: Juanma Peláez
Otro recurso sería la flexibilización de la edad de jubilación. «Yo me jubilo por anticipado y perdiendo dinero«, explica Monteagudo. «La pandemia nos ha afectado a algunos más que a otros y no puedo seguir trabajando como cuando era residente». La alta carga asistencial, el estancamiento profesional, la falta de reconocimiento y la brecha digital suponen desincentivos adicionales para la dilatación de la vida laboral de los médicos.»No puedes enviar a los médicos veteranos a la jungla de Urgencias«, considera Mayer. En vez de mantenerlos dentro de la «cadena de montaje» que asegura que se convierten en muchas áreas del hospital, sería preferible destinarlos a la formación, la investigación o la consulta, entiende.
La medicina familiar y la españa despejada, olvidadas
ElInstituto Nacional de Estadística (INE) prevé que el 2035 la población habrá envejecido. La proporción de personas mayores de 75 años incrementará, en detrimento de la de niños. El informe interpreta, a partir de estos datos, que la medicina interna, la especialidad de Monteagudo y Mayer, ganará importancia dentro del sistema sanitario. Del mismo modo, la medicina de familia. Si bien, la segunda es la especialidad con peores pronósticos de déficit. Año tras año ocupa las últimas plazas en la lista de preferencias de los graduados de medicina que se presentan en el examen MIR. Para muchos, no es una disciplina atractiva.
La carencia de reconocimiento, de condiciones laborales y de medios pueden explicarlo. «Lo que hace atractiva una especialidad son las condiciones de trabajo«, defiende el doctor Monteagudo. «Si la medicina familiar no es resolutiva, no se utiliza, mientras que debería ser la puerta de entrada al sistema sanitario», dice. «Ocurre lo mismo con la España despejada», analiza el doctor Mayer.
El estudio señala que el aumento de profesionales médicos no sería suficiente para abarcar a toda la población. Sólo se puede afrontar el conflicto delEspaña despejada sanitariamente con la mejora de los incentivos profesionales y económicos por los médicos. «Hay que tener mucha vocación por ir a trabajar a determinadas zonas ahora mismo«, valora Monteagudo. «Si pudiéramos hacer la medicina que hacemos en el Taulí en todas partes, no habría ese problema», afirma.
La fuga hacia el sector privado y al extranjero
El informe de Sanidad también detecta un incremento de la contratación privada en un 7% desde 2018, que contrasta con la caída del 1,7% de la pública. Alrededor de un 30% del profesional médico trabaja en el sector privado. «Nunca he hecho privada, pero entiendo que es una buena opción para muchos jóvenes que priorizan las condiciones», expresa Manuel Monteagudo. «En la pública estamos haciendo de administradores, de educadores sociales y de psicólogos, en vez de médicos«, se queja.
«Yo lo que podría llegar a plantearme es irme a trabajar fuera«, explica Àlex Mayer. «Me he estado mirando Australia y los médicos internistas novatos cobran mucho más que aquí», lamenta.Te da la sensación de que te están tomando el peloOtros jóvenes también optan por marcharse más cerca. Francia, Alemania y Reino Unido son sus principales destinos.