El fundador y antiguo propietario de la cadena de tiendas de electrodométicos Miró, Francisco Miróha aceptado dos años y medio de prisión por los delitos de falsedad contable, estafa y levantamiento de bienes, al haber ocultado las pérdidas de su empresa por conseguir créditos y proveedores. Así, habría dejado a deber unos 20 millones de euros. La Audiencia de Barcelona ha confirmado el acuerdo alcanzado por Miró, su esposa, Caixabank y la patronal del sector, que ahora podrá reclamar la deuda pendiente. La fiscalía no se opone a la suspensión del ingreso en prisión, pero la patronal de fabricantes de electrodomésticos sí ha pedido el encarcelamiento. Su esposa ha sido condenada a medio año de prisión para ayudarle a ocultar bienes.
La sentencia condena a Miró por diversas irregularidades contables como el desarrollo de una contabilidad ficticia que se utilizó para engañar, tanto a CaixaBank en cuanto a los créditos y productos financieros que esta entidad negoció con Miró, como a los proveedores engañados en su solvencia, que le siguieron suministrando mercancías por importe superior a los 69 millones de euros; la presentación de cuentas anuales cerradas a 31 de enero de 2010, en base a la contabilidad ficticia mencionada, según las cuales el patrimonio neto de la sociedad hubiera sido de 69,3 millones de euros cuando en realidad era negativo por 91 millones de euros; o la venta del 50% de la propiedad de su vivienda habitual a su mujer, con el fin de defraudar los intereses legítimos de CaixaBank y de los proveedores.
Según ha aceptado Miró, desde julio de 2007 hasta noviembre de 2010con dificultades económicas en su empresa, contrató varias pólizas de crédito por valor de millones de euros que avalaba personalmente. En mayo de 2011 presentó concurso de acreedores y dejó a deber poco más de 12 millones de euros de esos préstamos. Los créditos eran concedidos en base a los balances económicos que presentaba la empresa, que eran «totalmente diferentes a los reales».
Las dos patronales del sector, ANFEL y FAPE, ahora agrupadas en Applia España, siguieron suministrando electrodomésticos a la cadena por valor de 70 millones de euros, ya quienes les dejaron a deber más de 8 millones de euros. El juzgado mercantil concluyó que Francesc Miró era el culpable del concurso de acreedores y por tanto el responsable de responder con su patrimonio.
Para desprenderse de patrimonio propio y esquivar posibles responsabilidades contables, Miró y su esposa, en un plan preconcebido, firmaron en noviembre del 2009 una escritura pública para poner a la mujer como administradora única una sociedad conjunta, que tenía en propiedad la vivienda conyugal, de unos 350.000 euros. En julio de 2019 Miró vendió la mitad de la sociedad a su esposa. La sentencia incluye también una multa de 4.200 euros y la anulación de la transmisión de la vivienda habitual realizada.