El Banco de España ha revisado a la baja las previsiones de crecimiento para 2022 en nueve décimas, del 5,4% al 4,5% por la crisis por la guerra entre Rusia y Ucrania. En este sentido, el órgano supervisor destaca que la invasión rusa en Ucrania supone una «perturbación económica severa» con una «duración e intensidad sometidas a una enorme incertidumbre».
De cara a los ejercicios siguientes, ha rebajado en un punto las previsiones del pasado diciembre, del 3,9% al 2,9% en 2023; y augura una recuperación en 2024, cuando las previsiones eran del 1,8% y ahora escalan hasta el 2,5%. En cuanto el IPCla guerra ha alterado las proyecciones para 2022 y del 3,7% pasa al 7,5%, mientras que para 2023 y 2024 espera una estabilización, con un 2% y un 1,6%, respectivamente.
El Banco de España constata que la rebaja de nueve puntos porcentuales en el crecimiento para este año respecto a los datos estimados en diciembre podría haber sido «más pronunciada» si no fuera porque en la segunda mitad del pasado año la evolución de la actividad fue mejor de la esperada.
En el informe trimestral de la Economía Española publicado este martes, el órgano supervisor remarca que la guerra impacta sobre la actividad económica a la baja y hace subir a los precios, unas consecuencias que se dan a nivel global pero que tienen una intensidad «más acusada» en Europa, donde existe una mayor relación con Rusia y Ucrania.
En cuanto a las medidas previstas en el Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales en la guerra de Ucrania aprobadas por el gobierno español, considera que medidas para disminuir el coste de algunas fuentes energéticas y el tope mínimo del 2% en los alquileres ayudarán a restar entre medio punto y ocho décimas la tasa de inflación de 2022.
El Banco de España señala que la política fiscal y monetaria habían comenzado a dar las primeras señales de normalización después de que la demanda se recuperara a lo largo del pasado año pero que la crisis global de suministros y encarecimientos de numerosas materias primas dieron lugar a uno repunte significativo de las tasas de inflación. Esta situación se ha visto agravada ahora por la guerra y dado que Rusia es el proveedor de una tercera parte del gas de la zona euro y de una quinta parte del petróleo, aunque en el caso de España son «proporciones considerablemente más reducidas», remarca.
Por otra parte, el órgano presidido por Pablo Hernández de Cuerpo indica que la guerra ha deteriorado «significativamente» la confianza de los agentes por la «extraordinaria incertidumbre» de la actual coyuntura económica y que, por tanto, afectará negativamente a los gastos de hogares y empresas. Sobre los intercambios comerciales, el Banco de España pronostica que se moderará en los próximos meses por el menor crecimiento en las exportaciones ya una mayor alteración de las cadenas globales de suministros, con mayores retrasos en las entregas. Sin embargo, espera que a medida que se vaya normalizando la situación el comercio mundial recobre un «mayor dinamismo».
Por otra parte, el adelanto a la inversión en vivienda se verá frenada en el corto plazo por el repunte en los costes y la menor disponibilidad de materiales de la construcción que ya se arrastraba antes de la pandemia, junto a una mano de obra más escasa. En el ámbito turístico, los flujos de entradas de turistas pueden verse afectados por la incertidumbre de la guerra pero el Banco de España también ve una recuperación los niveles prepandemia a principios de 2024.
