El Gobierno dice que hay que multiplicar por 18 la potencia renovable instalada hasta 2050 para alcanzar la neutralidad climática, lo que implicaría pasar de los 3.557,6 MW de potencia actual a los casi 62.000 MW. Según el programa Prospectiva Energética de Cataluña 2050 (Proencat), tres cuartas partes de la generación provendrían de la energía eólica -terrestre y marina- y la fotovoltaica terrestre (un 74,4%), mientras que un 18% vendría de placas solares en los tejados. El plan contempla una ocupación del 2,5% del territorio de catalán con energías renovables. En el caso de la eólica, el cálculo sólo tendrá en cuenta la base de los molinos y líneas de evacuación. «No será suficiente con el autoconsumo», ha dicho la consellera de Acción Climática, Teresa Jordà.
El cálculo de ocupación del territorio del Departamento de Acción Climática se aleja del de otras instituciones como la Cámara de Comercio, que publicó a principios de enero que la instalación de energías limpias ocuparía un 17,9% del territorio catalán, incluyendo la eólica marina y las placas fotovoltaicas en los tejados.
Preguntados por la diferencia, la conselleria asegura que el suelo que queda debajo de los aerogeneradores es aprovechable y sólo cuentan la base de los molinos y las líneas de evacuación. Tampoco incorpora el impacto que podrían tener las líneas de alta tensión provenientes de Aragón, puesto que no se cuentan como modelo energético catalán. En paralelo, el Govern mantiene la propuesta de abandonar el uso de los combustibles fósiles y la energía nuclear.
El documento, publicado este viernes, señala la eólica terrestre y la fotovoltaica terrestre como principales motores de la transición energética en Cataluña. En el caso de la eólica terrestre, en el Gobierno prevé multiplicar por 18 la potencia instalada, pasando de los 1.271,1 MW actuales a los más de 23.000 MW. En cuanto a la fotovoltaica instalada en tierra, el ejecutivo fija el objetivo de multiplicar por 200 la potencia actual, de los 94,8 MW a los casi 20.000 MW.
En cuanto aleólica marina, el Gobierno prevé tener instalados 3.500 MW de potencia en 2050, lo que representaría una cuota del 5,6% sobre la potencia total procedente de energías renovables. El resto quedaría repartido en otras modalidades de fotovoltaica (4,2%), energía hidráulica (3%) y otras energías (0,4%).
Más allá de la instalación de potencia renovable, el Proencat pone de manifiesto la importancia de implantar un sistema de almacenamiento de electricidad a cuatro niveles –consumidor individual, comunidades locales, usuarios asociados a redes de distribución y transporte y grandes sistemas singulares- y trabajar en el desarrollo de baterías y otras energías como el hidrógeno verde, los biocombustibles o los biomateriales avanzados.
En caso de que se alcanzaran estos datos, las emisiones de gases de efecto invernadero quedarían reducidas al consumo remanente de combustibles fósiles de los sectores del transporte marítimo y aéreo, regulados a nivel internacional.
A raíz de una mayor implantación de energías renovables, el ejecutivo asegura que se hará un uso más eficiente de la energía, lo que comportará una reducción en el consumo. Según los cálculos del Gobierno, el consumo de energía final se reducirá una media de un 1,09% anual y un 30,3% en el período 2017-2050. En paralelo, se estima que la economía catalana necesitará menos de la mitad de la energía que utiliza actualmente -un 57% menos- para producir una unidad de PIB.
Por otra parte, Cataluña conseguiría reducir el elevado grado de dependencia energética que presenta actualmente. Si los objetivos del plan se cumplen, la dependencia energética del exterior pasará del 94,2% al 6,7% en 2050. “Así se mitigarán los efectos de los conflictos geoestratégicos relacionados con la energía, cada vez más frecuentes y más intensos», señala el Govern.