El empresariado turístico de la Costa Daurada y las Terres de l’Ebre se mantiene a la expectativa de la guerra de Rusia a Ucrania. Tarragona es el primer destino estatal del turismo ruso. Para el territorio, es uno de los mercados importantes y de gran interés. Aunque el visitante ruso en los últimos años ha perdido pistonada, en 2019 se mantenía como el tercer turismo internacional en la demarcación, por detrás del visitante francés y el británico. Últimamente también se habían realizado campañas para captar turismo de Ucrania.
Sin embargo, al turismo ruso este año tampoco se le esperaba debido a las normativas sanitarias, ya que Europa no ha validado la vacuna rusa Sputnik. El conflicto bélico ha complicado más, si cabe, la movilidad del mercado. «Desgraciadamente la guerra lo para todo, confiamos en que el conflicto se resuelva rápido, pero el turismo es débil y cuando sucede algo así siempre se nota, será complicado que el mercado puedan moverse y será muy difícil tanto para el ruso como para el ‘ucraniano», afirma Xavier Guardià, portavoz de la Federación Empresarial de Hostelería y Turismo de Tarragona (FEHT)en declaraciones al ACN.
Sin embargo, el conflicto bélico no altera las previsiones turísticas del verano en Tarragona y el Ebro que, pese a la falta de este mercado, se presentan buenas. Desde el estallido de la pandemia, no se ha reabierto la puerta al turismo proveniente de Rusia (donde existe bajo índice de vacunación, con una vacuna no aprobada por la Agencia Europea de Medicamentos, o la necesidad de un visado para viajar).
Por ello, los empresarios del territorio ya no esperaban la llegada del mercado ruso y habían puesto el foco en países del entorno como Ucrania y Polonia, «que están saliendo de la esfera comunista y que, a priori, son mercados que tienen más facilidades para moverse», explica Guardià. Dice que incluso había touroperadores que buscaban la posibilidad de aterrizar en Reus, pero entonces estalló la crisis en la región. Rusia sigue viéndose como un mercado muy importante para la Costa Daurada.
Guardián destaca que el visitante ruso tiene ganas de salir y sigue sintiendo predilección por el territorio. «Somos un punto neurálgico para el turismo ruso y nos mantenemos como un destino muy pedido», apunta. «Habrá que ver, sin embargo, qué pasará después de la guerra y cómo acabará la visualización del país ruso dentro del contexto mundial», concluye.
El peso del turismo ruso en Tarragona y Cataluña
El mercado ruso tuvo mucho peso en 2017 y se convirtió en la niña de los ojos en la demarcación. Si bien ha perdido cierto pistón, en turismo internacional ocupa la tercera posición en el ranking, por detrás del visitante francés y británico y representa un 6% del total de visitantes en la zona.
El año 2019 el mercado ruso supuso un total de 1,29 millones de pernoctaciones, de las que, la inmensa mayoría fueron en hoteles -1.166.000. Según datos del Idescat, en el mismo año se contabilizaron un total de 2.924.300 pernoctaciones de turistas rusos en establecimientos hoteleros de Catalunya, lo que supone que un 40% de los rusos se alojen en Tarragona.
Cerca de 800.000 rusos visitaron el país en 2019 (un 9,3% respecto al año anterior). A partir de entonces, el mercado cae en picado. Así se extrapola que, en promedio, un turista ruso realiza una estancia de 3,6 noches.
