El Solsonès presenta un modelo turístico muy diversificado, centrado en pequeños establecimientos y una oferta de ocio que explota los recursos paisajísticos y naturales de la comarca. El hecho de ser conocida como la comarca de las 1.000 masías ha permitido reconvertir muchas en pequeños hoteles o residencias turísticas.
Así, con datos de 2020, en el Solsonès había 16 hoteles (de los cuales 4 de 4 estrellas) y nueve pensiones con un total de 695 plazas. También hay un total de seis campings con una capacidad de 2319 plazas. Pero la joya de la corona del turismo del Solsonès son los 126 establecimientos ruralesque suman 853 plazas y están esparcidos uniformemente por toda la comarca.
Por último, la lista de ofertas y actividades para el ocio para los visitantes tampoco se queda corta, desde actividades en kayak a los embalses de la zona, rutas guiadas para fotógrafos de naturaleza hasta vuelos en globo, saltos desde la Llosa del Cavall o un pequeño zoo en el Pirineo.
Hoteles con encanto
A Joan Montraveta, propietario delHotel La Freixera, de Solsona, le gusta la definición de hoteles con encanto, un modelo de establecimientos turísticos, pequeños, como lo son la mayoría de los que encontramos en el Solsonès. Casas restauradas, adaptadas al servicio de la hostelería, conservando su antigua estructura con los arcos y paredes de piedra, y los forjados de madera.
Terraza del Hotel La Freixera Foto: Cedida
Montraveta distingue entre hoteles convencionales y los hoteles con encanto. Estos últimos generalmente llenan los fines de semana y puentesindependientemente de la nieve, de las setas y de otros eventos climatológicos.
Esto hace que Solsona y el Solsonès sean buscados y valorados en el mercado catalán como lugar de tranquilidad y naturaleza en estado puro, y donde escaparse con la familia o con la pareja para descansar del estrés de la gran ciudad y conocer nuevos paisajes.
El Solsonès está muy valorado en el mercado internacional como parada obligada a medio camino de Alt Pirineu (Parque nacional de Aigües Tortes), el Principado de Andorra, el Camp de Tarragona y la Costa Daurada, la Costa Brava, el monasterio de Montserrat y Barcelona. De hecho, cabe recordar que el Solsonès está situado exactamente en el centro geográfico de Cataluña.
Un hotel rural japonés en medio de Cataluña
ElHotel Japonés Puigpinós es un buen ejemplo del modelo de turismo rural en el Solsonès y, a fecha de hoy, una de las propuestas más singulares. Los propietarios e impulsores de este proyecto, Nuri y Tessin, han sabido unir la preservación del patrimonio, la masía e ir más allá del concepto de establecimiento hotelero.
Los propietarios, Tessin y Nuri, son los impulsores de este proyecto familiar
El objetivo es crear experiencias únicas y especiales que trasladen a los huéspedes a un Ryokan de Japón, pero en el entorno del Solsonès y con productos del territorio catalán.
Es el único alojamiento de todo el territorio donde se fusiona la cultura nipona con la catalana, fruto de la unión de las respectivas raíces y culturas de los propietarios (catalana y japonesa).
La masía es del año 1131, propiedad de la familia, está ubicada en Timoneda, en el municipio de Lladurs, en el norte del Solsonès y ha sido completamente restaurada y reformada. Sin embargo, se conservan parte de los elementos originarios de ésta, manteniendo tanto la riqueza material como la inmaterial.
Interior de la masía japonesa
Su diseño de interiores de estilo japonés ha sido ideado por KOBFUJI architects, arquitectos japoneses residentes en Barcelona. Por otra parte, la reforma de la estructura de la masía se ha llevado a cabo por Padullés-Arquitectes, arquitectos catalanes residentes en Solsona y conocedores de la masía, lo que ha facilitado su rehabilitación.
El establecimiento cuenta con elementos propios de los alojamientos rurales del país nipón, como washlet, yukata, noren, zori, tatami y futon, así como una decoración inspirada en la cultura japonesa.
El hotel dispone de ocho habitaciones, todas ellas con nombre propio y decoradas y diseñadas con estilo japonés. Tres de ellas tienen tatami y futón y las otras cinco disponen de tarima y cama encima.
El establecimiento cuenta con una decoración inspirada en la cultura japonesa
La propuesta gastronómica que se ofrece en el hotel está basada en la fusión de la cocina catalana y japonesa. Todos los platos están hechos con productos de gran calidad, de proximidad y ecológicos, de productores locales y cultivo propio.
El hotel apuesta además, por ofrecer diferentes experiencias en el territorio para conectar con la cultura japonesa y con el entorno más cercano. Estas actividades varían en función de la estación del año, muy importante en Japón. Así, hay truficultura, yoga, baños de bosque, cicloturismo, entre otros.