El túnel de Glorias ha entrado en servicio de forma definitiva a primera hora de la mañana de este domingo, una vez se ha abierto el tráfico en sentido Llobregat a las ocho. El Ayuntamiento De este modo, y según detalló el Ayuntamiento de Barcelona, termina una de las obras «de mayor complejidad técnica» que se ha hecho en la capital catalana, una actuación que «libera» de tráfico privado la superficie de la plaza. El consistorio también opina que la infraestructura tiene «una gran relevancia histórica y vecinal».
La apertura del túnel en sentido Llobregat comporta modificaciones a la movilidad de este ámbito, que afecta tanto a los usuarios del túnel como a los vehículos que se desplazan en torno a la plaza de las Glòries. La novedad principal es la eliminación de los carriles de circulación en superficie que quedaban en la Gran Víaentre el calle Bilbao y el calle Padilla. En este ámbito no habrá tráfico de paso y sólo podrán desplazarse por los laterales los vehículos de vecinos, servicios, transporte público o emergencia.
Con la nueva configuración vial los vehículos que circulen por el túnel, al salir, tendrán la opción de subir por la calle Padilla (carril derecho) o bien por el calle Marina (carril central). En línea recta por la Gran Via, desde el carril izquierdo, sólo podrán circular los autobuses. Antes de entrar en el túnel, a la altura de la rambla de Poblenou, habrá una salida hacia el lateral de la Gran Vía exclusiva para los autobuses y los taxis. El resto de vehículos que circulen por la C-31 y quieran acceder al lateral de la Gran Vía tendrán que utilizar la salida 207 Selectividad de Roda/Poblenou.
Las modificaciones provocan la eliminación del giro actual desde el ámbito central de la Gran Vía en sentido Llobregat hacia la calle de la Independencia. Los vehículos que usaban este itinerario para conectar con la calle Aragó tienen dos opciones: salir por la salida 207 Bac de Roda/Poblenou, continuar por Bac de Roda y después girar hacia Aragó o Mallorca o bien seguir en la C-31 hacia el interior del túnel y llegar a Aragó a través de Padilla o Marina.
La calle Laguna queda sin conexión con la Gran Via en sentido Llobregat y únicamente queda operativo un carril para acceder al lateral mar, en sentido Besòs (vados y servicios). En el tramo entre la calle de Perú y la Gran Vía, la calle Laguna se pacifica y permite la circulación sólo por uso vecinal y para acceder a la zona de carga y descarga del centro comercial.
La nueva configuración vial del túnel de Glòries permite sumar un carril específico de entrada a Barcelona para el transporte público. Al igual que el túnel en sentido Besòs, el sentido Llobregat cuenta también con un nuevo tramo de carril bus que permite que los autobuses que vengan del carril bus de la C-31 puedan enlazar con el de la Gran Via, atravesando Glòries y llegando hasta el centro de la ciudad con un carril.
En este sentido, el Ayuntamiento destaca que cada día entran por esta vía más de 250 autocares, incluyendo los interurbanos, regulares y discrecionales, y salen una cifra similar, lo que supone 15.000 personas de entrada y otras 15.000 de salida moviéndose en transporte colectivo. Asimismo, el consistorio calcula que desde el derribo del anillo vial el tráfico privado ha pasado de 95.000 vehículos diarios (45.000 en sentido Llobregat y 50.000 en sentido Besòs) a 78.000 (43.000 y 35.000).