Más del 50% de la población de Europa habrá contraído la variante ómicron coronavirus en los próximos dos meses, si el ritmo de transmisión se mantiene. Lo ha advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS) este martes, en una rueda de prensa en la que ha explicado que la variante presenta varias mutaciones «capaces de fijarse más fácilmente a las células humanas» y puede afectar a personas que ya han sufrido la Covid-19 y están vacunadas.
Kluge se mostró preocupado por la propagación de la variante especialmente en el este de Europa, y por los no vacunados, en los que prevé «enfermedades más graves». Las vacunas aprobadas, recordó, «ofrecen una buena protección contra la enfermedad grave y la muerte, incluso frente al ómicron», remarcó.
El ómicron ha desplazado en las últimas semanas la variante delta de la Covid, nacida en verano y que predominaba hasta diciembre. La nueva variante ha causado un estallido de contagios y ha hecho de acelerador de la sexta ola, que no ha detenido los ingresos hospitalarios y ha hecho recuperar en Cataluña restricciones como el toque de queda.
Los síntomas de ómicron son similares a los de un resfriado y esto ha hecho que muchas personas puedan no identificarlos y contagiar su entorno. Por eso últimamente ha aumentado el uso de los test de antígenos, llegando a causar desabastecimiento en las farmacias.
En los últimos días se ha instalado el debate sobre si tratar a la Covid como una gripe en un futuro no muy lejano, sin contabilizar todos los contagios y eliminando el rastreo de contactos. Sin embargo, Kluge se ha mostrado escéptico sobre el futuro de la pandemia. «Hay que ser muy prudentes con las predicciones sobre el futuro», advirtió, porque el coronavirus sorprendió «más de una vez». El objetivo para este año, remarcó, es estabilizar la pandemia; y la prioridad debe ser proteger a los grupos vulnerables y minimizar el impacto del coronavirus en la economía y las escuelas.