No es la primera vez que la NASA se fija en el Delta del Ebro. La última vez que laagencia espacial estadounidense publicó un artículo en el boletín digital Earth Observatory sobre el delta fue en 2018, alertando de su regresión en un futuro próximo si no se toman medidas efectivas. Este pasado mes de diciembre ha vuelto, con un nuevo artículo en el que sobrepone una imagen del delta tomada 1984 por el satélite Landsat 5 y otra del pasado noviembre hecha por el Landsat 8 en que se evidencian los cambios morfológicos de la costa deltaica.
Uno de los más evidentes a vista de pájaro es el retroceso dramático delisla de San Antonio, la punta de lanza exterior del Delta, prácticamente desaparecida en la imagen aérea más reciente. Así lo expone el artículo de la NASA: “Ambas imágenes muestran que la erosión de la isla triangular en la desembocadura del río Ebro cerca de Riumar –isla de Sant Antoni- se ha retrocedido varios cientos de metros”.
En el párrafo anterior expone los posibles motivos. “Para suministrar agua para el riego y generar energía hidroeléctrica, se han construido más de 187 presas en el río Ebro y sus afluentes, una urbanización que atrapó la mayor parte del suministro de sedimentos del río más grande de España en embalses y detrás de las presas. La erosión y el hundimiento del terreno siguieron río abajo”.
Hoy, sigue el artículo “la forma del delta ya no están controladas por el río, sino por las olas del mar. Y con elaumento del nivel del mar y las tormentas más frecuentes e intensas, estas oleadas se están haciendo mayores, dando lugar a una mayor retirada de la costa”. En este punto recuerda que en enero de 2020, la estrecha barra de arena que conecta la Punta de la Banya con el delta principal fue inundada por la tormenta Glòria, junto con 3.000 hectáreas de arroz. Las tormentas también agravan la reducción y la pérdida de campos dunares en las playas.
Ante esta situación, apunta, “el delta del Ebro ilustra las difíciles elecciones para las comunidades que se enfrentan a la subida del mar: intentar contener el océano o gestionar la retirada”. De esta forma, explica que el gobierno español anunció recientemente un plan para comprar terrenos costeros para crear una zona de amortiguación.
“Si se adopta el plan, la compra constituiría la compra de tierras más grande de Europa hasta ahora debido al cambio climático”, sostiene. “Pero se oponen a muchos de los habitantes del delta, algunos de los cuales prefieren favorecer la alimentación de las playas, el bombeo y los diques para proteger la costa. Algunos agricultores están experimentando con cepas de arroz que pueden soportar mejor la intrusión de agua salada”, concluye.