La preocupación de los catalanes ante el cambio climático y la contaminación ha disminuido en los últimos años. Así lo refleja una encuesta anual del Departamento de Acción Climática de la Generalitat cuya última edición se elaboró en diciembre de 2021 y se ha hecho pública recientemente. Concretamente, la cantidad de ciudadanos que aseguran estar «muy preocupados» por estos problemas medioambientales ha caído 20 puntos desde 2017. Además, los jubilados representaron al grupo de población más concienciado con esta problemática en el último año.
La película «Don’t Look Up» («No mires arriba», en catalán) muestra cómo la sociedad actúa con una gran indiferencia ante un problema que, seguramente, supondrá la extinción inmediata de la raza humana. Se refiere a un meteorito, pero se trata de una metáfora del cambio climático, cuyos efectos ya son patentes y las predicciones empeoran. El pasado verano, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC), quien vendría a ser el equivalente a la realidad del dr. Randall Mindy (protagonista de la película, interpretado por Leonardo di Caprio), publicó un informe en el que se detallaba que el cambio climático es un hecho «inequívoco» y que ha causado «daños irreversibles para los próximos siglos o milenio» . Pese a estas proyecciones, la preocupación de los catalanes, como en la película de Adam Mckay, no se corresponde con la gravedad del problema: cada vez hay más ciudadanos a los que les interesa menos este problema.
Si se analizan los resultados de la encuesta desde 2017, desde una perspectiva general, se observa una reducción en el número de catalanes muy preocupados frente al cambio climático. Mientras los porcentajes de ciudadanos que afirman estar nada o poco preocupados apenas han variado (así como la población que se muestra indiferente), el número de personas a las que les preocupa mucho este tema se ha reducido notablemente. Concretamente, en 2017 un 58% de los catalanes se mostraba muy concienciado con esta problemática, mientras que en 2021 el porcentaje se reduce al 38%. Gran parte del retroceso tuvo lugar en 2018, aunque desde entonces ha seguido disminuyendo progresivamente. El porcentaje de gente «bastante preocupada» sí que ha aumentado, por lo que se puede decir que la preocupación no desaparece, sino que se reduce.
La gente mayor, más concienciada
Según la encuesta, los jubilados son el grupo de población que más preocupación muestra por el cambio climático: un 46% de estos encuestados afirma estar «muy preocupado» ante la problemática, por delante de los trabajadores, desempleados o estudiantes. Lo mismo ocurre en los grupos de edad, ya que los catalanes de 65 a 75 años son los más concienciados: a un 46% de estos ciudadanos les preocupa mucho la cuestión. Esto contrasta con la visión de otros grupos de edad, a los que se les presupone una sensibilidad mayor con estos problemas debido a su edad y al haber impulsado movimientos como el Fridays for Future con liderazgos jóvenes como el de Greta Thunberg. Sin embargo, escasamente un 33% de los catalanes de 16 a 29 años está muy sensibilizado con la emergencia climática, así como un 29% de los de entre 30 y 44 años.
Cuando los catalanes son preguntados por problemas más concretos derivados de la contaminación, los resultados de 2021 también reflejan una pasividad mayor que en los años anteriores. La «contaminación en general», que en 2017 se encontraba entre las tres principales preocupaciones ambientales del 50% de los encuestados, vio cómo se reducía este porcentaje hasta el 32% en 2021. Sin embargo, problemas como los residuos, el modelo energético o la degradación de la naturaleza sí que preocupan más a los ciudadanos en 2021 que en 2017, aunque los porcentajes que presentan siguen siendo muy bajos.
El sondeo del CEO también pregunta por el grado de conformidad con posibles medidas para paliar la contaminación, tal y como escenifica el siguiente gráfico. Se puede observar que la propuesta de crear impuestos o tasas destinados a la conservación de la naturaleza es el peor recibimiento por parte de los encuestados, con un incremento de esta inconformidad desde 2019. Otras medidas similares a la anterior, como dotar de más recursos y gestión a los espacios naturales protegidos, han visto cómo el rechazo de los catalanes ha crecido durante estos tres años: en 2019 un 87 % estaba bastante o muy de acuerdo, mientras que en 2021 el porcentaje cayó al 67%. Este nuevo, también se ha preguntado por el nuevo impuesto propio de la Generalitat en los vehículos contaminantes. Ante esta medida, un 39% está poco o nada de acuerdo, mientras que sólo un 41% se posicionaría a favor del impuesto.