La Semana Santa de 2022 ha dejado cinco muertes en las carreteras catalanas, dos menos que en 2019, el último año de normalidad antes de la pandemia, cuando murieron siete personas en los desplazamientos de este período. La última víctima ha sido este lunes por la tarde, en la C-55 a Esparreguera.
En cuanto a la movilidad, el Servicio Catalán del Tráfico dice que ya se han recuperado los niveles de movilidad prepandemia: la Semana Santa de 2019 movilizó a 1,67 millones de vehículos y la de 2022 se han desplazado 1,65, sólo 20.000 menos. La vía que ha experimentado más retenciones es la AP-7, especialmente el Jueves Santo por la mañana. Tráfico defiende que la implantación de un carril adicional nuevo en la misma vía entre Vilafranca del Penedès y El Papiol (40 km) en sentido Barcelona ha evitado muchos atascos en la operación retorno.
El director del Servicio Catalán de Tráfico, Ramon Lamielha explicado en rueda de prensa este lunes que a pesar de que la cifra de muertes de esta Semana Santa haya sido mejor que la de 2019, se mantienen todos los dispositivos de contención de accidentes porque en el global del año han registrado 40 víctimas mortalessólo 3 menos que las que hubo en 2019 en el mismo período del año.
En el desglose de la movilidad, Lamiel destacó una fuerte presencia de vehículos en las carreteras, que achacó al buen tiempo, y que provocó «fuerza» retenciones«, sobre todo en elAP-7, que según Lamiel ha concentrado los desplazamientos hacia la playa. En este sentido, el director del SCT ha precisado que se han contabilizado casi los mismos coches en circulación que en Semana Santa de 2019: entonces fueron 1.670.000 vehículos y estos días han sido 1.650.000, sólo 20.000 menos.