Los barrenderos de Salt se muestran «satisfechos» con el acuerdo que han logrado con la empresa FCC Medio Ambiente que ha permitido poner fin a la huelga que llevaba tres semanas durando. El delegado de los trabajadores, Xavier Vives, reconoce que no es lo que proponían pero dice que en una negociación «todo el mundo debe ceder».
Vives, sin embargo, ha cargado contra Fomento y el Ayuntamiento porque a su criterio han «negado el diálogo social» durante muchos días, lo que ha alargado la huelga. El acuerdo contempla que los trabajadores recibirán una paga que evitará que pierdan poder adquisitivo. Además, se harán fijas tres trabajadores que hasta ahora eran eventuales, además de mejoras de las condiciones de trabajo como una sala para desayunar o renovar la ropa y el calzado.
El representante sindical ha dejado claro que no les ha presionado «nada» que el Ayuntamiento diera 24 horas a empresa y trabajadores para que se pusieran de acuerdo o si no haría entrar a otra empresa de limpieza. «Nosotros no hemos tenido ni una sola carta de sanción. La actitud de ser un sheriff no es propia ni de un ayuntamiento ni de un alcalde que lo que debería hacer es ayudar a la resolución del conflicto», ha remarcado el delegado sindical.
La realidad es que la actividad por retirar la basura de las calles en Salt ha sido intensa este sábado por la mañana. Cuatro camiones han recorrido desde primera hora las calles de la localidad para acabar de sacar la basura que queda en algunas manzanas y que se ha ido acumulando con el paso de los días.
Tanto el Ayuntamiento como los trabajadores dan por hecho que todavía se tardarán días en restablecer la normalidad y Vives ha lamentado la actitud de algunos ciudadanos en los últimos días. «Nos hemos encontrado inodoros, muebles y piezas muy grandes en plena huelga. Creo que deberíamos tener más conciencia como sociedad para intentar no hacer estas cosas», ha remarcado.
El delegado sindical también ha explicado que lo que más les preocupa ahora es la higienización de los espacios y la limpieza en profundidad de los contenedores enterrados. «Se ha ido acumulando el caldo y aparte también hay un problema con las ratas, que ya lo hemos denunciado. Hay que recordar que estaban antes de la huelga. Esperamos que atiendan alguna de las peticiones que les hemos hecho en este sentido «, concluyó.
Los principales beneficiados del fin de la huelga fueron los vecinos de Salt. Miguel explica que era «muy necesario» que se cerrara un conflicto que «estaba durante demasiado». «Ya no podíamos ni pasar por las calles. Estaba todo hecho una pena, la verdad. Espero que se pueda recuperar la normalidad lo antes posible», remarca.
Francisco es vecino y vende cupones junto a la plaza Mayor de Salt. Dice que entiende perfectamente la huelga de los trabajadores y espera que hayan logrado todo lo que pedían. «Para mí como si se acumula basura hasta los techos de los edificios», dice. Sin embargo, Francisco se muestra satisfecho de que se haya arreglado.