Los contribuyentes catalanes abonan correctamente en período voluntario el 85,5% de los impuestos de la Generalitat o, lo que es lo mismo, intenta evitar pagar -voluntariamente o por error- el 14,5% del total. Éste es el resultado del estudio de la llamada brecha fiscal -o tax gap, en inglés- del año 2018, elaborado por la Agència Tributària de Catalunya (ATC) y el Instituto de Economía de Barcelona y presentado este jueves, según el cual la administración catalana habría tenido que ingresó hace cuatro años 3.515,6 millones en período voluntario, pero sólo llegaron 3.004,3.
El análisis abarca los principales tributos que recauda el ATC. Se trata del impuesto al patrimonioel de sucesiones y donaciones, el de transmisiones documentales y actos jurídicos documentados, y la tasa turísticalos cuales suman el 91% de los tributos propios y cedidos de la Generalitat, si bien quedan lejos de la magnitud del IVA, el IRPF o el impuesto de sociedades, que son responsabilidad de la Hacienda española.
Según los autores del estudio, buena parte de la brecha fiscal se debe a la no tributación de los activos financieros localizados en el extranjero, sin la cual la magnitud de los impuestos evadidos caería del 14,5% del total a tan sólo el 5,8%. En términos absolutos, se reducirían los tributos no ingresados en período voluntario de los 511,3 millones a tan sólo 185,7. El cálculo, de hecho, incluye tanto aquellos impuestos que no se declaran como aquellos que se infradeclaran -con cantidades menores a las que se debería- y aquellos que, pese a declararse correctamente ante la administración, después no se pagan en el período que corresponde.
Una nota positiva es que la brecha fiscal parece que se reduce con los años. El estudio apunta que sumaba el 21,5% de los tributos de 2014, lo que supone que en 2018 habían disminuido un 32,2% los impuestos que se intentaban evadir. En cualquier caso, estos cálculos, no tienen en cuenta elactuación del ATC para perseguir el cumplimiento tributario y, tras este trabajo, los impuestos no pagados en 2014 cayeron del 21,5% del total en período voluntario hasta un 16,7% después de que fueran reclamados. Sin embargo, la ATC admite dificultades para perseguir aquellos activos no declarados y situados en el extranjero.
En cuanto a las magnitudes para cada uno de los impuestos, el de patrimonio es el que explica la mayor parte brecha fiscal (un 54% del total del incumplimiento para los cuatro tributos catalanes). Los contribuyentes no pagaron voluntariamente más de un tercio de lo que tocaría por este impuesto (unos 277,8 millones), muy mayoritariamente en cuanto a activos en el extranjero. El segundo tributo con mayor incumplimiento es el de sucesiones, con una cuarta parte de los recursos que corresponderían no ingresados (por un valor de 169,8 millones), sobre todo a causa de no declarar activos en el extranjero (58%) y de aplicar incorrectamente la reducción por empresa familiar (25%).
La brecha fiscal en la tasa turística es ligeramente menor (del 23,9%) y se centra sobre todo en los viviendas turísticas de Barcelona y en alojamientos de todo tipo de fuera de la capital catalana. Por último, el cumplimiento en cuanto al impuesto de transmisiones documentales y actos jurídicos documentados (el de mayor magnitud de entre los que recauda el ATC) es muy elevado, siendo el incumplimiento de tan sólo el 2,7% del total a pagar en período voluntario.
El cálculo de la brecha fiscal es habitual en muchos países, especialmente en los anglosajones e incluso en 31 de los 58 que son analizados por la OCDE, pero no en el estado español. Sin embargo, la Generalitat impulsó en el 2016 un estudio relativo a los impuestos de los que es responsable en relación al año 2014 -cálculos que ahora se han actualizado a partir del acceso a nuevos datos y fórmulas para encontrarlo.
En la intervención inicial en el acto de presentación, el consejero de Economía y Hacienda, Jaume Giró, ha lamentado que el Estado no haga un ejercicio similar, ni tampoco otra autonomía, y ha prometido que «la lucha contra el fraude fiscal es y será una lucha de primer orden» para la Generalitat. En este sentido, recordó que el ATC logró hacer aflorar en 2021 hasta 338,5 millones en impuestos no abonados, lo que supone un incremento del 55% respecto al año anterior. Unos recursos necesarios «para garantizar y mantener el estado del bienestar», según el conseller.