Los Mossos d’Esquadra han desalojado este miércoles la Casa África de Barcelonaun punto de acogida autogestionado por los migrantes africanos que llegan a Barcelona, que se encuentra en un edificio ocupado en el barrio Gótico. El Juzgado de Instrucción número 44 ha emitido la segunda y definitiva orden de desahucio. En noviembre del pasado año, la presión vecinal permitió detener el primer intento. El inmueble es propiedad delEscuela de Hostelería y Turismo CETTque se había avenido con elAyuntamiento para negociar una salida antes de marzo.
Los Mossos han articulado un gran despliegue policial, con una decena de furgonetas de antidisturbios y un macrodispositivo alrededor de la Plaza Catalunya, con unidades de la Brigada Móvil y del ARRO. Han sacado del brazo la veintena de manifestantes que no se han dispersado con su llegada, uno a uno, para permitir la entrada de la comitiva judicial. Las personas concentradas, que tocaban instrumentos de percusión y llamaban proclamas en defensa de los habitantes del edificio, habían dispuesto un contenedor en la puerta que la policía también ha retirado.
La abogada que representa a los ocupantes de Casa África, Sonia Olivella, ha acusado a los propietarios de haberse negado a llegar a un acuerdo. Sin embargo, detalló que la mayoría de familias ya se habían marchado voluntariamente del edificio. Algunos, por miedo a ser identificados, ya que carecen de papeles. Los desahuciados denuncian que no tienen otro lugar donde vivir. Fuentes del Ayuntamiento han confirmado que una de las familias se encuentra en seguimiento por los servicios sociales del distrito desde hace tiempo.
Las autoridades municipales han asegurado que «todos los desahuciados serán atendidos por algún servicio municipal después de perder su techo». En esta dirección, han señalado que «la activación de recursos dependerá de la situación de cada persona» ya la voluntad individual de cada uno de aceptarlos o no. El concejal del distrito, Jordi Rabassacriticó la situación en un tuit y tildó de «intolerable» la insensibilidad y la rigidez del CETT por no evitar el desahucio.