España ha remachado el acercamiento al Marruecos impulsado por el cambio de postura en torno al Sáhara occidental con un acuerdo entre ambos países que permitirá reanudar la colaboración en materia de control de la migración y la reapertura gradual de las fronteras de Ceuta y Melilla. Con motivo de empezar esta nueva etapa, el presidente español Pedro Sánchez y el rey marroquí Mohamed VI se reunieron este jueves en el país del segundo.
Entre los actos de la agenda de la visita de Sánchez a Marruecos, la clausura era una cena con Mohamed VI y representantes de la diplomacia marroquí que ha tenido una curiosidad inesperada. Detrás de los asistentes al cena estaban las banderas de ambos países, pero elespañola ha sido colocada -no se sabe si voluntaria o involuntariamente- al revés. En cualquier caso, un gesto importante teniendo en cuenta cómo se cuidan los detalles en actos diplomáticos. Aparte de la reapertura de las fronteras y de la recuperación «gradual» del flujo de personas y mercancías, también se reanudarán las conexiones marítimas y los preparativos de la operación Paso del Estrecho. El acuerdo establece reactivar el grupo permanente de migración y crear otros nuevos para abordar aspectos económicos, de infraestructuras, culturales o del ámbito deportivo, entre otros. La tarea de todos estos grupos se acabará de dirimir en una cumbre de alto nivel entre los dos ejecutivos que tendrá lugar «antes de terminar el año», según ha explicado Sánchez.