«Sidney, sólo hago que seguir tus pasos. Eres un ejemplo para nosotros. Que Dios te bendiga». Las palabras de Denzel Washington en el momento de recoger el Oscar en 2002 por Training Day escenifican la admiración de generaciones de intérpretes, incluido uno de los mejores de todos los tiempos como Washington, hacia la figura de Sidney Poitier. El actor afroamericano ha perdido hoy su vida a los 94 años, en su domicilio de las Bahamas. Atrás deja un legado de más de 50 películas, varias de ellas historia inherente del séptimo arte. Considerado una leyenda absoluta para los intérpretes afroamericanos, fue un faro en una época donde el racismo institucional, la violencia de la supremacía blanca en las calles y las divisiones sociales marcaban a Estados Unidos.
Su hazaña y capacidad para romper barreras se consolidaron con la recogida del Oscar durante la gala de 1964 por su papel en Lilies of the Field. Era el primer hombre afroamericano que lo conseguía, pero no la primera persona negra del país, puesto que en 1940 fue Hattie McDaniel quien, gracias a su papel secundario (y racista) en Gone with the Wind, se llevó la primera estatuilla afroamericana. Poitier, nacido en 1927 en Miami, destacó muchísimo en el mundo del cine, pero también fue un destacado intérprete de teatro.
Tracy y Poitier, en el filme de Guess Who’s Coming to Dinner Foto: Columbia Pictures
Sus filmes más conocidos y reverenciados por la crítica y el público son sobradamente conocidos. Desde su química (y cómica) interpretación con Spencer Tracy a Guess Who’s Coming to Dinner (1967), pasando por el relato antirracista en In the Heat of the Night (1967), con Rod Steiger. Colecciona maravillosas interpretaciones en filmes para la historia como The Defiant Ones (1958), The Blackboard Jungle (1958) o su apasionante To Sir, with Love (1967). Ese año de finales de los 60, Poitier hizo historia con tres filmes de categoría.
Generaciones de actores y cineastas afroamericanos como Washington, Will Smith, Barry Jenkins, Steve McQueen, Wesley Snipes, Spike Lee o Chadwick Boseman han reverenciado siempre la figura de Poitier, un pionero en una industria anclada en el conservadurismo y el racismo. La importancia de Sidney Poitier en Hollywood carece de rival, en un momento en el que su figura se convirtió en un símbolo para la esperanza.