Miras el calendario del nuevo año y alguien pregunta: «¿Cuándo cae este año la Semana Santa?«. La cuestión es recurrente, y la respuesta cambia cada año. ¿Por qué ocurre esto en esta tradicional fiesta si, por ejemplo, Navidad cada año cae el mismo día? Una sencilla regla sirve de entrada para calcular los días festivos de la Semana Santa. El Domingo de Pascua será después de la primera luna llena que sigue a la llegada de la primavera.
La necesidad de fijar una norma para celebrar la Semana Santa se remonta al siglo IV, concretamente en el año 314 en el Concilio de Arlés, cuando se intenta marcar una línea que acabe con la confusión que hasta el momento reinaba en el cristianismo, donde grupos y congregaciones celebraban la muerte y resurrección de Cristo cuando les parecía. Sin embargo, el lío no terminó hasta dos siglos después. El año 525el monje erudito y matemático Dioniso el Exigu definió unos criterios sobre la Semana Santa (la norma ya citada) que tuvo que afinar para que funcionara sobre el calendario.
Una regla difícil de encajar en el calendario
Al monje se le planteaban problemas que tuvo que resolver. Por ejemplo, lequinoccio de la primavera no tiene una fecha fija, sino que puede oscilar entre el 20 y 22 de marzo y, de no calcularlo con criterios astronómicos, esto podía introducir confusiones a la hora de calcular el primer día de luna llena, que podría cambiar en función de la geografía . Además, por diferenciar muy claramente la Pascua cristiana de la Pascua judíano deseaba que las dos coincidieran nunca en la misma fecha.
Teniendo en cuenta todo esto, se estableció la regla completa para la determinación de la Pascua: el El domingo de Pascua es el siguiente en la primera luna llena «eclesiástica» (un plenilunio ficticio definido por la Iglesia mediante unas tablas numéricas) que se da el 21 de marzo o después.
De esta regla se desprende que el Domingo de Pascua nunca puede ser antes del 22 de marzo (cuando el plenilunio sucede un 21 de marzo que además es sábado) ni después del 25 de abril (cuando hay plenilunio el 20 de marzo y, además, el 18 de abril -fecha del siguiente plenilunio- es un domingo, lo que hace retrasar la Pascua de una semana).