La Cuaresma había sido, hasta no hace demasiado tiempo, una época del año distinta al resto. Significaba un cambio de actitud y de forma de vivir que, durante siete semanas, afectaba a las costumbres e incluso a la forma de comer. Las prohibiciones alimentarias han sido durante décadas los preceptos más conocidos y característicos de las semanas posteriores a Carnaval, establecidos en base al sacrificio y penitencia que debía realizarse para preparar la Semana Santa.
Ésta abstinencia impuesta por la Iglesia y que la sociedad ha ido siguiendo cada vez menos vale también, y sobre todo, por el Viernes Santo. Comida carne está prohibidasi bien el origen de esta costumbre no acaba de estar claro.
De hecho, existen varias versiones que explican los motivos de esta tradición. Destacan dos: algunas fuentes aseguran que la carne representa el cuerpo de Cristo crucificado, mientras que otros dicen que la prohibición de comer en ella se fundamenta con el argumento de que se quería evitar cualquier derramamiento de sangre animal el día de recuerdo a la muerte de Cristo. Hace décadas, no cumplir los preceptos era falta o pecado y, por tanto, había que confesarse. Esto ha ido pasando abajo en los últimos tiempos.
Actualmente puede parecer que todo esto no era tan sacrificio, pero durante las épocas de precariedad económica, la carne como la morcilla o el tocino eran una fuente calórica que complementaba muchos platos; tener que prescindir significaba comer otro tipo de escudilla, que se hacía con frijoles, apio, col y garbanzos. Sin embargo, según recoge el Costumario catalán de Joan Amades, «las carnicerías no notaban mucho el cambio, ya que la abstinencia era sólo un día a la semana y estaban dispensados los enfermos, embarazadas y parteras».
Bula para comer carne los viernes
Las bulas eran unos documentos que se compraban en la Iglesia en los inicios de la Cuaresma para poder comer carne y derivados en los días de abstinencia. En estas hojas iban impresas todo tipo de explicaciones sobre la Cuaresma y la Semana Santa. Se utilizaron antes de la Guerra Civil y mermaron su uso a partir de la década de los 40.