El sector de los cítricos del Ebro inicia la segunda fase de la campaña con los precios de la naranja derrumbados por la entrada en el mercado europeo del producto de Turquía, Egipto o Marruecosuna pugna desigual que sufren por el «dumping» (competencia desleal) social y medioambiental de los países africanos.
Como ha apuntado Federico Tarazona, gerente de la Cooperativa Exportadora Agris de Alcanar (Montsià), la retribución a los campesinos caerá entre un 60% y un 80% respecto a la campaña pasada. En cambio, el consumidor le está pagando más cara para que los distribuidores cargan el incremento de costes, como el del transporte. «El productor no recibe incremento alguno de la retribución real. Son los factores de transporte, envasado, o punto de venta los que están subiendo los precios. El campesino cada vez cobra menos, cubriendo costes o incluso por debajo», lamentó Tarazona.
La situación del mercado europeo durante toda la campaña de los cítricos está siendo «muy difícil» por «el’entrada masiva» de naranja y mandarina en Europaya desde octubre, proveniente de Suráfrica y también de Argentina y Perú. Ahora se ha agravado para que las exportaciones de los citricultores de las Terres de l’Ebre en Europa -donde se exporta el 95% del fruto- chocan también con la competencia de naranja que entra desde Turquía, Egipto y Marruecosque está «distorsionando» el mercado europeo y supone «una fuerte competencia«para las exportaciones ebrencas, que se están resintiendo con una bajada «en volumen y en precios de venta». «La rentabilidad del agricultor disminuirá mucho», ha lamentado Tarazona.
La producción de cítricos en Cataluña está regulada por una legislación social y fitosanitaria europea que nada tiene que ver con la de estos países. «Trabajan con un dumping social, medioambiental y de divisa -Turquía la tiene muy devaluada-«, ha insistido el gerente de la Exportadora Agris de Alcanar. Las condiciones de trabajo y seguridad social son muy distintas a los estándares europeos, en algunos casos con sueldos de los trabajadores de entre 5 y 10 euros diarios. Tampoco los productos fitosanitarios autorizados en el hemisferio sur «tienen nada que ver» con la legislación europea que deben cumplir los citricultores de aquí.
Tarazona apunta, además, que para entrar el producto en Europa, estos países deben cumplir con lo que marca la Organización Mundial del Comercio, pero alerta de que son normas «mucho más laxas» que la propia legislación europea. El gerente de Agris de Alcanar señala que dentro de «la libre competencia y el mercado único», la Comunidad Europa no puede abrir el mercado «a cualquiera» mientras marca una tendencia agroalimentaria de productos ecológicos, medioambientalmente sostenibles y con una producción que respete «los factores de trabajo de calidad», una competencia distorsionada que sufre la citricultura y también el resto del sector.
«El sector agrícola y ganadero pedimos que protejan el mercadoque competimos en las mismas condiciones y que sea la productividad y el saber hacer u otros factores que la marquen», ha reclamado Federico Tarazona.
Tampoco las incidencias meteorológicas ayudaron este año. El frío y las bajas temperaturas de las últimas semanas no afectan a la calidad del producto, pero se sufre todavía los efectos de las tormentas, las granizadas, y un otoño e inicio de invierno «anormalmente» cálidos y húmedos. La floración ya fue menor y la campaña se inició con un 40% menos de fruto en el árbol. Un factor interno que también les ha perjudicado ha sido el incremento de producción en todo el estado español.