Núria Pinyes i Font (Amposta, 1990) es la única mujer ebrense en el cuerpo de Bomberos de Cataluña al obtener el diploma de la 23ª promoción que le acredita para desempeñar el trabajo. Previamente, estudió filología catalana en la Universidad de Barcelona (UAB). También se ha formado y ha trabajado como profesora de yoga. Trabajó en la biblioteca Francesc Manyà de Gandesa ya partir de allí, con sus inquietudes por la montaña, decidió entrar como bombera voluntaria en el parque de Horta de Sant Joan, Comenzó a trabajar como EPAF (Equipos de Prevención Activa Forestal) en el parque de Bombers de Tremp.
El pasado 31 de marzo se graduaba y convertía en la primera mujer ebrense en pertenecer al cuerpo de Bomberos de la Generalitat de Catalunya.
– ¿Cómo ha vivido el hecho de ser la única mujer ebrense que ha accedido a la última promoción del cuerpo de Bomberos de la Generalitat?
– Con mucha satisfacción ya la vez incredulidad, me cuesta creer que sea la primera mujer de estas tierras, porque pienso que hay muchas mujeres capaces.
– ¿Cuándo se da cuenta de que quiere ser bombera?
– Me di cuenta gracias a mi padre, fue él quien me lo planteó. Cuando me lo dijo, me sorprendí porque nunca me había (ni nadie) planteado esa opción; poco a poco le fui dando vueltas y cada vez lo vi más claro.
– ¿Cree que se ha naturalizado y aceptado el hecho de que una chica pueda soñar con ser bombera o todavía hay etiquetas, perjuicios y mucho trabajo por hacer al normalizar los trabajos masculinizados?
– Pienso que todavía estamos lejos de la igualdad, pero estamos andando ahí. Por las situaciones que he visto en mi entorno, no es habitual preguntarle a una niña si quiere ser bombera, como sí lo hacemos con los niños.
– ¿Piensa que las mujeres queremos acceder a estos trabajos y todavía seguimos teniendo demasiada presión externa que, inconscientemente, nos hace descartarlas o sencillamente es que son trabajos muy duros y vocacionales y sólo llega quien es muy tenaz?
– Sí creo que debería ser un trabajo vocacional, como casi todos los trabajos, sobre todo los de servicio público y, al menos tal y como lo he vivido yo, hay que ser tenaz para conseguirlo. Esto no impide que muchas más mujeres de las que se presentan serían capaces de realizar este trabajo, estoy convencida de ello. Es un trabajo que requiere bastante, pero también trabajo en equipo, empatía, comunicación y otras muchas aptitudes. Creo que la educación que recibimos y la cultura en la que vivimos (aún muy patriarcal) hacen que muchas mujeres ni se lo planteen y se vean incapaces sin saber bien en qué consiste el trabajo.
– ¿Cómo era Núria antes de ser bombera? ¿Ya apuntaba maneras?
– ¡Ja, ja, ja! Me hace gracia esta pregunta. Creo que la gente de mi entorno sería más adecuada para responderla que yo, pero diría que sí apuntaba modos. Siempre he tenido mucha personalidad y decisión, siendo muy persistente en lo que quiero. Desde pequeña he ido a la montaña con mis padres, y de mayor empecé a escalar y viajar por el mundo. Supongo que todo esto me ha dado las capacidades para verme capaz de hacerlo, ¡aunque ha costado!
«No es habitual preguntarle a una niña si quiere ser bombera, tal y como sí lo hacemos con los niños»
-¿Se está preparada para salir a un rescate o un incendio de un momento a otro y para saber que constantemente vives en peligro?
– Bomberos es una organización cada vez mejor estructurada y con muchos protocolos de actuación. Los responsables de los servicios son personas muy preparadas y con mucho criterio. Nosotros, los bomberos de la escala básica, sobre todo obedecemos a órdenes, y es primordial confiar en el criterio de tu superior. Sin embargo, en la escuela nos han insistido en que sólo tenemos que hacer lo que nos veamos capaces de hacer. Con esto y con toda la preparación y equipamiento que tenemos, creo que estamos preparados para la gran mayoría de servicios.
– ¿Compensa ayudar a los demás y poder salvar vidas? ¿Hace que el temor ante las situaciones críticas del oficio sean menores?
– Sí, exacto. Tenemos muy claro que primero somos nosotros, pero saber que lo que haces puede ayudar o incluso salvar a una persona, hace que actúes con mucha energía, motivación y precisión.
– ¿Qué valores deben tener la gente que como Núria Pinyes tiene el sueño de ser bombera?
– Tal y como lo he vivido yo, que he tardado cuatro oposiciones para conseguirlo, creo que el valor principal es la resiliencia, aceptar que las cosas quizás no salen como tú quisieras, a pesar de haberlo dado todo, que no todo está en tus manos, y volver a levantarte para volver a intentarlo. Y como valores en el trabajo, creo que es importante la asertividad a la hora de hacer y decir, la empatía, la motivación, la curiosidad y el compañerismo.
– ¿Piensa que se debe cambiar el nombre y decir Bomberos y Bomberas de Cataluña? ¿Visualizar lo que cada vez más es ya una realidad?
– Podría ser una opción, aunque creo que los cambios reales son mucho más profundos y están relacionados con lo que hemos hablado de la educación y la cultura en la que vivimos.
-¿Cómo ha sido la experiencia estos años con sus compañeros?
– Muy positiva. Siempre me he sentido una más del equipo, respetada y valorada como el resto de compañeros varones.
«Los cambios reales en el cuerpo de Bomberos son muy profundos y están relacionados con la educación y la cultura donde vivimos»
– ¿Durante el curso formativo ha coincidido con más ebrenses o es la única mujer y ebrense de la promoción?
– Somos más ebrenses, aunque no sé exactamente cuántos, porque éramos 12 grupos de 21 personas, je, je, je! En mi clase iba con un compañero de Gandesa que ya hicimos la formación de voluntarios juntos.
– En el momento en que recibe el diploma con el que puede acceder al nombramiento se la ve realmente emocionada. ¿Qué sentía?
– Mucha satisfacción. Han sido muchos años de preparación, muchas horas de estudio y entrenamiento. Durante la oposición no hubo un punto de inflexión donde sintiera que ya lo había logrado, y el día de la graduación fue ese momento.
– Mucha gente en Amposta ha recibido con alegría y emoción compartida que haya alcanzado su sueño. ¿Se siente amada por sus conocidos y vecinos?
– Muchísimo. Las personas que me conocen a mí oa mis padres y mi hermano saben que hacía años que lo intentaba. Cuando una persona se esfuerza por algo y el resultado es positivo, creo que la gente se alegra y les llena de motivación, ya que se rompe una barrera y se dice «¡Sí, es posible!».
– ¿Qué espera de la profesión a largo plazo, que le pide como persona preparada con las mismas aptitudes que un hombre y los mismos derechos?
– Espero compartir muchas cosas con mis compañeros, atender muchos servicios, aprender y ver cómo cada vez tengo más herramientas para resolver situaciones. También espero ir evolucionando dentro del cuerpo, especializarme en aspectos concretos como los incendios forestales y, si me veo capaz y se me considera válida, conseguir posiciones de mayor responsabilidad.