Succession fue una de las series revelación del 2019 y sigue en plena forma. La ficción creada por Jesse Armstrong (Fresh Meat, 2011) que tiene tres temporadas disponibles en la plataforma HBO ha sido la más nominada a los Globos de oro 2022. Galardonada como mejor serie dramática justamente en los Globos de Oro del 2020 por su 2ª temporada, también ha recibido el premio como mejor actor por Brian Cox y otros reconocimientos como los BAFTA y los Satellite. Y es que esta serie despierta pasión entre los críticos y la prensa especializada. Un gran éxito logrado gracias a una técnica impecable que va acompañada de la habilidad de los guionistas para crear un relato, que sin necesidad de frases aleccionadoras, monólogos interiores o moralinas vacías, logra que el espectador se replantee el mundo en el que vive. En una época en la que la producción de ficción es masiva y sólo busca el mero entretenimiento, es mucho de agradecer una serie que despierte el sentido crítico y reflexivo de quien se adentra.
La virtud de Succession radica en la fuerza de sus personajes que superponen la vida laboral y la familiar, el dinero y las emociones, el empresarial y el sentimental, haciendo que el espectador se sumerja desde el primer capítulo. En la forma de hacer de los protagonistas se expone de manera totalmente transparente un sistema corrupto que tiene como moneda de cambio presiones, influencias y encubrimientos. El mundo de una familia disfuncional y un conglomerado empresarial, Waystar Royco, capitaneado por el magnate Logan Roy (Brian Cox) presionado por sus hijos, Kendall Roy (Jeremy Strong, The Gentlemen. Los señores de la mafia, 2019), Roman Roy ( Kieran Culkin, Fargo II, 2015), Siobhan Roy (Sarah Snook, Black Mirror: La ciencia de matar, 2016) y Connor Roy (Alan Ruck, The Exorcist, 2016) que trasladan sus carencias afectivas al terreno empresarial para poner en duda y acabar con la tiranía y el patriarcado de Logan Roy. Este magnífico elenco protagonista despliega unas tramas relacionadas con temas de total actualidad, entre los cuales la corrupción es sin lugar a dudas lo más evidente y recorriendo que se materializa en las interacciones entre los personajes siempre con el dinero o sus influencias para conseguir el poder. No debemos perder de vista a los secundarios que son un auténtico lujo, con papeles como el de Rhea Jarrell (Holly Hunter, El piano), Ewan Roy (James Cromwell, Jurassic World, El reino caído) y Nan Pierce (Cherry Jones, Defending Jacob). Y toda la trama posicionada en un envoltorio de unas localizaciones y escenarios lujosos e idílicos sólo asequibles por algunos afortunados.
Sucesión es un viaje en el que no sólo vemos un drama interno y familiar de los protagonistas sino que los capítulos caminan por debates directamente relacionados con la actualidad. En esta serie de tres temporadas, un total de 30 capítulos, veremos a Logan Roy y sus acólitos luchan por ser el grupo de comunicación de referencia, eso sí, manipulando la opinión pública a través de ATN, medio de comunicación de la su propiedad. Es una inmersión en la manipulación no sólo dentro de la familia, sino también laboral, que en plena era de las fake news y del aumento de los rumores informativos, se nos plantea de forma clara y directa. Una primera temporada con un diseño de producción abrumador y una segunda en la que se superan sin perder ni un ápice la historia narrada, acabando de definir a unos despreciables personajes sin escrúpulos que lo tienen todo pero no valoran nada.
Nos encontramos ante una serie que gana la partida a otras muchas no sólo por su contenido de guión puesto en boca de los protagonistas que mantienen unos diálogos cargados de segundas intenciones, ironía y rencor, sino también por una meticulosa banda sonora de Nicholas Britell ( Moonlight, El blues de Beale Street). Ya desde los primeros acordes de piano y cuerdas que suenan en los créditos nos adelanta el tono desesperante, lacerante y misterioso a la vez que elegante de lo que precederá al título y que nos dejará clavados en el sofá desde el primero al último capítulo. Una música que suena con un lenguaje tan poderoso como el de las propias imágenes.
Una primera temporada magnífica que sostiene e incrementa en interés con el lanzamiento de la segunda, más compleja, aditiva, impecable y que sigue indagando en el imperio de la corrupción de la familia Roy. Y mantiene el interés intacto hasta el final de la 3a con giros de guión y unos personajes llenos de carisma.
Veredicto
Gustará: A quien busque guiones afilados que diseccionen las vísceras empresariales y familiares, acompañados de un buen diseño de producción y una BSO impecable.
No gustará: A los que busquen una serie sencilla, sin demasiadas complicaciones y con personajes llanos.
Pegametro: 8
Nota: 9
