El ganadero de San Juan de las Abadesas, en el Ripollès, que hace un año reclamaba una solución para poder acceder en vehículo a su finca del Mas Pujol, ahora ha decidido cerrar el paso a ambos lados de un sendero de gran recorrido que pasa por su casa. Miel Brusaferri explica a ACN que, ahora que ya sabe que no podrá pasar nunca en coche, cree que tampoco es de recibo que haya excursionistas y vecinos que transiten, algunos de forma incívica.
«Estamos viviendo con gastos añadidos y problemas y no estamos dispuestos a vivir así y ser los cornudos del pueblo, todo el mundo pasa por ahí», afirma. Desde el Grupo de Defensa del Ter piden que respete el derecho de paso, ya que corta el Camí Vera Ter, el GR 210 y les impide abrir un nuevo tramo que quieren recuperar.
Mel Brusaferri es un ganadero y productor de quesos ecológicos que se instaló hace cinco años en el Mas Pujol, en San Juan de las Abadesas. Se trata de una finca de difícil acceso, ya que la única vía de entrada en vehículo es un camino que atraviesa el río. Pero cuando sube el agua, ya no puede acceder a ella y la única alternativa que le queda sería utilizar un camino que atraviesa una masía vecina. Pero su propietario, le pide pagar 70.000 euros si desea pasar en coche. Una cantidad que ve desproporcionada. «He tirado la toalla», afirma, añadiendo que esta opción ya está descartada, así como las otras que hasta ahora tenía sobre la mesa.
Una era conseguir poder pasar en vehículo por el otro lado de la finca, utilizando un tramo del Camí Vora Ter, muy transitado por excursionistas y vecinos de la zona. Como las administraciones también le han denegado, ahora ha decidido cerrar el acceso a ambos lados de su finca por donde pasa este sendero. Brusaferri explica que vive con mucha impotencia el hecho de que la gente pase de forma masiva por ese camino mientras él no puede utilizarlo. «Es un uso masivo, hay muchas rutas que pasan por ahí mientras a nosotros nos dicen, tú no, tú pasa por el río», detalla.
El ganadero se queja, además, de que algunos de los visitantes son incívicos y le estropean los pastos. Desde tiendas de campaña en verano hasta visitantes con niños que se acercan al rebaño de vacas sin distinguir que en realidad tienen un toro por delante son algunos ejemplos. «Y a mí me da un infarto porque pienso, si éste los aborda, los mata a todos y el toro tendré que matarlo y será mi responsabilidad; es una inconsciencia, de no conocer el campo y no saber moverse» , relata.
Los ecologistas piden que respete el derecho a paso
Desde el Grupo de Defensa del Ter le piden que respete el derecho de paso porque afecta a un sendero estratégico. Joel Vidal es uno de sus miembros que, junto a Àngels Gardella, han querido conocer de primera mano la problemática. Esta última explicaba la sensación que tienes cuando, después de atravesar el arroyo, chocas con el corte en el camino. «Encontras la valla, toda cementada en el suelo e impidiendo muy claramente el paso», remarca.
Desde hace unos días que el ganadero ha colgado una hoja con una ruta alternativa por la vía verde que pasa por la zona. Algo que valoran positivamente si bien mantienen que es necesario llegar a una solución.
El descubrimiento del corte en el camino ha coincidido con la voluntad de la entidad de recuperar un nuevo tramo del llamado Cami Vera Ter, el GR 210. Vidal explica que actualmente va desde Sant Joan de les Abadesses hasta el Pasteral y que ahora quieren abrir uno nuevo desde Sant Joan hasta Sant Pau de Segúries. Pero, por eso, habría que reabrir el paso cortado.
El ganadero, en coche, cruzando el río. Foto: ACN
«Entendemos y empatizamos con el ganadero, que no puede llegar a casa con el vehículo cuando crece el río», afirma Gardella. Ahora bien, al margen de esto, creen que el propietario debe respetar el derecho de paso. Por eso piden a todas las partes hacer lo posible por solucionar el tema. Los ecologistas defienden que, con el paso cerrado, «pierde todo el mundo» porque este sendero es un lugar de interés por su belleza paisajística, siguiendo el curso del río.
Una nueva pista, la última alternativa
La apertura de una pista nueva por la parte superior del Mas Pujol, pasando por la cresta, es la única solución que ve el ganadero, que asumiría su coste. Pero por eso haría falta que cuatro propietarios accedieran a darle paso para poder llegar a casa en vehículo. «Estamos trabajando y con la ayuda del Ayuntamiento», que está haciendo de mediador, según explica Brusaferri.
El alcalde del municipio, Ramon Roqué, remarca que las conversaciones están abiertas y que, una vez se consiga un acceso a la finca, se abrirá un nuevo espacio para encontrar una solución al tema del acceso del sendero cerrado.