Una mujer de Sevilla, María Salmerón, tendrá que afrontar una pena de prisión para evitar que su exmarido maltratador pueda ver a su hija. Condenada en 2020 a 9 meses por desobediencia grave con agravante de reincidencia, ha denunciado que tanto ella como su hija -que ya tiene 22 años- «ven una injusticia que tenga que entrar en prisión ella y no un condenado por violencia machista en 21 meses».
Según explica la agencia EFE, Salmerón ha vuelto a pedir el indulto al gobierno español -confirmado por la ministra Pilar Llop-, pero éste no puede indultarla de nuevo -lo ha hecho hasta tres veces- por imperativo legal. Por tanto, ella puede acabar en prisión por 9 meses de condena por desobediencia. Su marido, condenado por violencia machista después de un proceso judicial iniciado en el 2002 con el divorcio, no.
El choque legal proviene de la ley de la infancia. Actualmente, prohíbe las visitas a sus hijos por parte de maltratadores, sea madre o padre, pero esta normativa no estaba vigente cuando el matrimonio de Salmerón inició procedimientos legales. Una persona sin antecedente alguno y condenada a menos de dos años de prisión no suele entrar, por norma general, aunque puede ser rechazada por un juez. En el caso de la mujer, que sí ha reincidido en desobediencia, tendrá que entrar en prisión por 9 meses de sentencia. El hombre, condenado en firme, no ha reincidido.
Según relata EFE, el hombre la fue denunciando a lo largo de los años por privarle de ver a su hija y obtuvo hasta cinco sentencias favorables. La ministra Lobo critica hasta dónde ha llegado la situación con Salmerón. «No hemos podido conceder un nuevo indulto porque no tenemos margen», ha asegurado. La mujer no sería condenada hoy con la modificación del Código Civil en su artículo 94, que permite suspender las visitas a los progenitores maltratadores. La hija de la mujer, que estudia en el extranjero, debería dejar sus estudios porque es la madre quien financiaba su estancia fuera del estado español.
Ella misma, desde los 6 años, decidió que no quería ver más a su padre, algo que pudo hacer a partir de los 13 gracias al apoyo de su madre. «No voy a permitir que entre en la cárcel», aseguró ayer en declaraciones a Onda Cero. La legalidad vigente, sin embargo, da la espalda a Salmerón y los márgenes de actuación son cada vez más estrechos.